jueves, 10 de octubre de 2019

Shakespeare me mintió


Shakespeare me mintió

                                           En un minuto hay muchos días
                                                                William Shakespeare

  Vivimos de ilusiones y mentiras. Nos confunden y nos confundimos. Creemos que somos inmortales hasta que una piedra nos hace tropezar y tomamos conciencia de que somos seres con un principio y un final.
  Confundimos el tiempo y la espera nos hace creer que los minutos no pasan; cuando nos esperan, en cambio, imaginamos llegar corriendo.
  Y todo es relativo, no pensamos como el otro, no nos gustan las mismas cosas ¬dormimos cuando otros despiertan.
  Shakespeare divagó diciendo: “en un minuto hay muchos días”.  Ojalá que eso fuera cierto, así podríamos disfrutar varios días de ese minuto irrepetible en que vimos nacer a nuestros hijos; estiraríamos  la ilusión de creer que el ser que se está muriendo va a vivir muchos días más; gozaríamos de los pequeños instantes de felicidad extendiéndolos como si fueran un chicle extraído de la boca de un niño; dormiríamos
más mañanas en vez de levantarnos corriendo para ir a cumplir con nuestras obligaciones.
 Me mentiste William, en un minuto hay sesenta segundos; para tener varios días debo esperar pacientemente que las agujas del reloj den una vuelta y otra vuelta y otra vuelta.
¡Me mentiste William!


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