jueves, 10 de octubre de 2019

Amor flamenco


Amor flamenco
  Amor eterno. Así definieron a lo nuestro unos humanos que nos vieron. Yo la espero todas las tardes a la sombra de un árbol para reservarle el agua más fresquita.
  En mi pico le traigo sus algas preferidas y a veces, algunas diatomeas. Llegué a estar casi una hora sumergido eligiendo la mejor comida para mi amada.
  Aunque podemos volar, también  estamos capacitados para sumergir nuestra cabeza para alimentarnos. Cuando está por llegar,  con mi cuello dibujo un signo de interrogación y muevo suavemente la cola para darle brillo a las plumas. Por ella hago cualquier cosa.
   Hace años emigramos hacia otro lugar pero hacía frío y como buenos caribeños, amamos el calor, el ritmo, los colores, por algo somos rosados para dar alegría y ternura.
  Si tarda en llegar me apoyo sobre una pata y doblo la otra y luego cambio, así cuando viene estoy descansado y puedo darle todos los mimos que me pide.
  Nos amamos como dos flamencos porque eso somos. Una vez vinieron unos fotógrafos y nos retrataron y oí que uno decía: “ qué ejemplo para nosotros, sólo son flamencos pero mirá el amor que se tienen, un amor eterno! “
  Los dejo. Viene mi media naranja, perdón… mi media flamenca.

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