jueves, 1 de octubre de 2015

CENIZAS

   Por suerte está el cantero, ahí puedo sentarme después de cenar y fumar lentamente el último cigarrillo del día.
   No necesito la sombra del árbol –que está creciendo- porque es de noche; de día no podría sentarme ahí porque el pobre parece de utilería pero ahora sí, si hasta me abanica con sus hojas.
  Miro el humo que sale del pucho, hace figuritas.¿Qué son? No importa, total…en seguida se esfuman.
  Ladra un perro. ¿Hay que sacar  la basura? No, es viernes.¡Qué bien estoy¡ Si existe la paz debe ser algo como esto.
  ¡Ay! Me quemé, menos mal que estoy con bermudas, si no la ceniza me hubiera quemado el pantalón. ¡Qué tonta!
  Bueno, te apago ¡hasta mañana!


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